Me gusta pensar la idea de la escuela como un nodo más que como un fuerte, una fortaleza que acapara el saber y lo distribuye. La idea de nodo modifica nuestra concepción tradicional de lo que es la escuela -un "organismo de resistencia" que, decía un profesor mío que varios conocen, Héctor Pastorino, quedó en la Historia (el concepto, no el profesor, estimo)-, desde el momento en que, en el aula, los mismos alumnos nos enseñan muchas cosas relacionadas con las innovaciones (sobre todo, tecnológicas), y nos ponen a prueba ante situaciones, textos, personas y personajes que circulan en el "ecosistema de la web.20" y a los que a veces no hemos tenido acceso, por razones muy diversas, pero sobre todo, por la ingente cantidad y el dinamismo con que fluyen en la red y en otros medios de comunicación.
Ahora bien, la escuela-nodo, es decir como lugar de conexión con otros nodos, con otras fuentes de información, que a su vez se nutren y de otros nodos y así inifinitamente, además de muy interesante y estimulante, genera ciertas preguntas:
¿Estamos listos los profesores de hoy para incorporar las TICs y darle un giro progresista e innovador a nuestro modo de entender la educación? ¿Contamos con todas las herramientas para hacer de la Web 2.0 una herramienta facilitadora y no un mero instrumento que confirme nuestras prácticas habituales, o que incluso las complique?
No sé... pero me atrevo a pensar que no del todo.
Igualmente, lo mejor que nos puede ocurrir es "chocarnos" con esta cuestión: la Web 2.0 es una realidad absolutamente impuesta en el mundo actual, en todos los ámbitos en los que el ser humano se desempeña. La escuela no escapa a esto; por lo tanto, nuestro camino evidente es el de asumirla, digerirla, asimilarla y sacarle todo el provecho. no se hace en un día; no se hace en un año; no se hace con el simple hecho de que todos contemos con nuestra netbook. Como cuando nos formábamos profesionalmente, a la luz de horas de estudio frente a libros, apuntes, material fotocopiado, esfuerzo para superar el cansancio, el sueño, el tedio también, a veces; ahora debemos hacer lo mismo pero con este nuevo instrumento informático: las TICs.
No se trata de que llevemos nuestra netbook al aula y que los chicos hagan lo mismo, y ver qué pasa si logramos constituir la red mediante los AP de las aulas (que nunca pueden abarcar a todos...); más bien se trata de que aceptemos el desafío de que ahora, al principio, esta incorporación nos demore más de lo que nos facilite el trabajo. Pero porque somos novatos, nos falta entrenamiento -y conocimiento, por qué no- de todo lo que podemos hacer con este universo digital de "inteligencia colectiva". Y aquí es donde encuentro el lazo entre la vieja concepción de escuela y la que se propone a partir de la incorporación de la Web 2.0: tenemos que practicar, ir probando, buscar, equivocarnos, seguir probando, hasta que llegará el momento en que sepamos darle un uso dinámica a alguna aplicación y descubramos cómo ésta facilita el acceso a la información.
La creación de un blog, o de una página wiki, o de algún otro entorno virtual es ya un hecho entre muchos profesores. Me incluyo como novata, pero con la firme determinación de mejorar el provecho que hasta ahora le voy sacando al blog con el que trabajo en las aulas del Pellegrini.
Sé que apenas estoy en el umbral de todo el beneficio que ofrece este instrumento (la Web 2.0), pero me atrae tanto el concepto de escuela-nodo que ya no puedo pensar en la clase convencional, con las herramientas tradicionales, sin la intervención de la computadora y de Internet para que el flujo de conocimientos sea efectivamente eso: un fluir constante, compartido, que crece exponencialmente, y del que todos nos podemos nutrir.
¡Qué buen artículo! Y qué precioso concepto el de escuela-nodo, escuela-río, escuela-senderos que se bifurcan... Una genialidad.
ResponderEliminarCoincido, coincido, coincido. El tema es tener la paciencia (propia y del entorno) para producir este aprendizaje maravilloso
ResponderEliminarCoincido plenamente. Las TICs nos ofrecen posibilidades que aun no llegamos a imaginar, por ser todavía novatos. Pero tal vez de eso se trate: asumir el desafió e ir aprendiendo todos juntos, en red.
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